Después de ver la última película de Misión Imposible parece mentira que a diferencia de las anteriores, en las que me marcaban las escenas de acción, peligro y suspenso, de esta sólo puedo recordar lo que sucede en la majestuosa Opera House de Viena y el Nessun Dorma sonando de fondo, aquel acto final de la ópera del Turandot. Ha sido espectacular e intenso, tanto, que ya me he puesto en mi lista de cosas que algún día espero hacer, disfrutar de un concierto de opera en la elegante Viena. No cabe duda que esta película me hace pensar más en Puccini que en las escenas de peligro, que también debo decir han estado muy bien.

Así que esta receta no podía haber sido preparada de otra manera que con esa espectacular pieza musical interpretada por uno de los más grandes cantantes líricos y uno de nuestros favoritos en casa, Pavarotti. Si no has probado cocinar con música de fondo, te invito a que lo hagas, me parece que la cocina y la comida toma otro sabor, y es además muy relajante. Recuerdo que mi profesora de cocina en Santo Domingo siempre tenía la radio encendida y se notaba un ambiente muy agradable.

Esta semana publicaremos dos recetas de comida rápida en la que puedes utilizar la pechuga de pollo escabechada que preparamos en el blog hace unas semanas, si no has visto la receta pincha aqui. Para este plato la he acompañado con garbanzos, cebolla roja, tomillo fresco, perejil fresco y queso de cabra. Ya saben que soy fan de los garbanzos y en días en que el tiempo escasea para cocinar, preparar platos menos elaborados ayudándonos con unos garbanzos de bote y mezclarlos con lo que tienes en la nevera siempre es un acierto. Espero que se animen a prepararla porque es muy fácil una vez que tienes el pollo listo.

Despido esta receta con las últimas letras del Nessun Dorma, pero lo mejor será que lo oigas salir del alma de Pavarotti, sobre todo el final.

¨Dilegua, o notte!
Tramontate, stelle!
Tramontate, stelle!
All’alba vinceró!
vinceró, vinceró!¨