Para alguien como yo, que nunca he sido amante de los champiñones, los boletus y demás familia de las setas, este Risotto de Champiñones, y cada receta que lleva algún ingrediente que particularmente no solía comer son las que más me gustan, por lo que ya les habia comentado en otras entradas. Si encontramos la forma de preparar las cosas de una manera friendly o amistosa es muy probable que acabe por gustarnos, mi truco para esta ha sido, picar los champiñones de un tamaño que pueda apreciar que están ahí pero que su sabor no sea tan predominante al comerlo. Además el arroz es algo que amo! así que hacen una combinación estupenda.

Hay varias formas de preparar risotto, algunas recetas usan leche, mantequilla o queso parmesano, para esta receta he querido hacer una versión igual de sabrosa y más ligera, con un caldo que bien puede preparase en casa o comparar uno ya hecho.

El truco para hacer un buen risotto, es remover con un cuchara de madera y añadir caldo bien caliente al arroz a medida que se vaya quedando seco. Es importante además hacer una buena selección del arroz que se va a usar, pues debe ser de grano corto y redondo, que abosorva muy bien el líquido de cocción sin quedarse demasiado blando.

El risotto existe desde los años 1574, período del Renacimiento, asi que quizás Miguel Angel y Leonardo comieron esta receta típica y tradicional de la cocina italiana. Dice la leyenda que su inventor fue un joven italiano, enamorado y aficionado a la cocina, que quiso sorprender a los invitados el día de la boda con un plato sencillo, ingenioso y rápido de hacer, y si que lo consiguió! añadiendo zafrán, que en aquellos años no se usaba propiamente con fines culinarios, dejó a los invitados alucinando con el colorido del plato.

 Este risotto es mucho más de lo que esperas, es tan cremoso y jugoso que no vas a tener suficiente y te quedarás buscando más.